Es quizás todo lo que nos destruye por dentro y nos une, son esos miles de dispositivos que se encuentran constantemente golpeandonos haciendo que despertemos de aquella irrealidad. Despertemos de un salto, con un balde de agua fría recién salida de la cordillera, es ese momento de querer perderse y encontrarse, querer amar y odiar al mismo tiempo, es quizás eso que siempre hemos deseado pero que cuando llega le tememos, no por como se presenta al frente nuestro (aunque debo admitir que su forma me aterra), sino como nos hará cambiar con el tiempo, para mejor tal vez..SI. definitivamente para mejor.
Esa es la gracia supongo de los CAMBIOS, de los movimientos, de los caminos, de la VIDA...conocer todo lo posible que logremos conocer, AVANZAR retrocediendo, correr caminando, DISFRUTAR EL MOMENTO, DISFRUTAR EL AHORA y NO OLVIDAR NUNCA que TODO se puede destruir de la noche a la mañana y irse como llegó: DE LA NADA pero dejándonos con cicatrices de haber vivido todo lo vivible. Preparándonos para el nuevo camino que enfrentaremos mañana.
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